La familia de los cactus cuenta con más de 2.000 especies, casi todas ellas nativas de América. Podemos encontrarlas en los desiertos del sudoeste de los Estados Unidos y de México, en las pendientes de los Andes, en los bosques tropicales de Brasil y hasta bajo las nieves de la Patagonia.
Sus antepasados parecen haber sido difundidos a través del continente americano adaptándose allí progresivamente a ese medio ambiente árido. Así, sus hojas desaparecieron y fueron reemplazadas por aguijones, y sus tallos se convirtieron en órganos de almacenamiento de agua, que les permiten sobrevivir a períodos largos de sequía.
En ciertas comarcas, los cactus son utilizados para la alimentación o como vallas de defensa, para delimitar terrenos. Pero aunque vemos que el uso de los cactus es extenso, principalmente éstos son cultivados en macetas para decorar los interiores de millones de hogares.
Los Cactus presentan un amplio abanico de formas y tamaños. Así, podemos encontrar cactus esféricos, cilíndricos, con hojas puntiagudas, en forma de raquetas,… En cuanto a tamaño también hemos dicho que encontramos de lo más diverso. Por ejemplo, tenemos que el cactus más grande es el «Pachycereus pringlei», con un tamaño medido que ronda los 20 metros. Por contra tenemos el «Blossfeldia liliputiana», cuyo nombre ya nos indica que es el cactus más pequeño que existe. Su diámetro es de 1 centímetro en su edad adulta.
No debemos confundir los cactus con las plantas suculentas. No todas las plantas suculentas son de cactus. Lo que ocurre es que ambas son familias de plantas que han adoptado los mismos métodos de defensa contra los períodos de sequía. Podemos poner como ejemplos las familias de las «Asclepiadaceae» y de las «Crassulaceae».
Cuidados de cactus